sábado, 23 de diciembre de 2023

El tiempo pasó...

Este año ha sido especialmente difícil para mí. Desde enero, me encontré envuelta en intrigas y chismes que, en el fondo, no creía, pero por mi afán de proteger, opté por no confrontar. Ahora reconozco que mi error fue el silencio, permitiendo que la situación se complicara cada día más.

A medida que avanzaba el tiempo, especialmente en febrero, la trama inventada continuaba, y mi falta de claridad, quizás influenciada por mis migrañas, me impidió abordar la situación de manera más efectiva. Marzo llegó con miedos y frustraciones, sintiéndome atado de manos ante una situación que creía incontrolable. Reflexioné en exceso sobre la veracidad de ciertos eventos, comprendiendo posteriormente que gran parte de la intriga contribuyó a mi confusión.

Viví momentos tensionantes, experimenté crisis de pánico, lloré más de lo habitual y en abril, las tensiones alcanzaron su punto máximo, afectando negativamente mi salud física y mental. Me sumí en un cuadro de ansiedad y depresión, enfrentando burlas y falsos testimonios sobre mí. Mi silencio, tal vez mi mayor error, permitió que estas situaciones se prolongaran innecesariamente.

Mi formación y valores difieren, pero intento comprender la dinámica de la juventud actual, aunque me preocupa profundamente la posibilidad de que afecten a quienes quiero. Experimenté el dolor de escuchar comentarios hirientes y recibir anónimos que me afectaron. Me decepcioné al descubrir que algunas cosas eran verdaderas, pero ahora entiendo que la mayoría fue producto de la intriga.

En este proceso, abrí los ojos a diversas realidades, presenciando relaciones tóxicas donde la mentira prevalece por miedo al qué dirán. Observé también la premura de los jóvenes por involucrarse en relaciones íntimas sin realmente conocerse. Estoy consciente de que estamos en otro siglo, pero algunas escenas me inquietaron profundamente, como presenciar ayer a una joven siendo tratada de manera despectiva por su pareja.

La pareja le decia eres mi perra, mi zorra, mi puta y estas para complacerme, la agarro del cuello, la beso toscamente y la escupió en la boca y pues me dio rabia, nauseas pero no podia hacer nada. Ella era de su propiedad su objeto  y le decia eres perfecta porque me complaces en todo, y la chica le dio verguenza que yo lo escuchara pero se dejaba humillar y yo cerré mis ojos para no inquietarla porque el chico siguió tocándola sin pudor. Ver esa escena me dio miedo me aterro, se me escapeló el cuerpo pensando en que alguna de mis sobrinas, ahijada, les tocará ese tipo de hombre que solo usa a las mujeres y que ellas se obsesiones y por miedo a que  las dejen,  lo complazcan en mil perversiones que atenten contra su dignidad y salud. Pero hoy en día creo que eso les gusta y no queda hacer nada solo rezar por que se cuiden y confiar en su madurez.

Mi esperanza es que confíen en mí para buscar ayuda si alguna vez lo necesitan, sin temor al juicio. Aunque no soy madre, estoy dispuesto a apoyarlas en lugar de juzgarlas, enfocándome en el entendimiento y el respaldo mutuo. 

Los tiempos cambian...

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Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.....

Quiero ser en tu vida (Paco Stanley)


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