Lo primero que quiero decirte, ahijada, es que llegues al amor desde la libertad, desde el placer y la diversión, no desde la necesidad. El amor ha de sumar, enriquecer, complementar... no salvar.
Cuando buscamos el amor porque necesitamos al otro, porque necesitamos que alguien evite que nos ahoguemos o porque no soportamos la soledad, estamos construyendo los peores pilares posibles para una relación.
El amor verdadero, es una emoción que aparece cuando estás rodeada de personas con las que puedes compartir tus intimidades. Porque con ellas no te sientes juzgada. Sabes que te apoyan, te ayudan y te cuidan. Con ellas no tienes que disimular ni fingir. Y, sobre todo, no te tienes que sacrificar. Porque, en contra de lo que se nos ha dicho, el amor no es sacrificio ni crea deudas que luego tengas que devolver.
El amor es una emoción que se tiene que nutrir a diario y a la que hay que dedicarle espacio y tiempo.
y cuando el mundo se complique y las respuestas no sean claras, no es necesario que pierdas demasiado tiempo sondeando a otros para conocer sus opiniones. Haz tu propia investigación, sé tu propio guía y escucha lo que dice tu intuición.
He disfrutado tanto de compartir contigo cada momento de tu vida en estos casi 5 años . Desde que nos conocimos, tus amigas, tus primer viaje fuera de nuestro pais. Hemos vivido tantas aventuras juntas, tantas risas, tantas lágrimas, tantas emociones.
También hemos tenido nuestros momentos difíciles, nuestras discusiones, nuestros desacuerdos. Pero siempre hemos sabido perdonarnos, entendernos y respetarnos. Siempre hemos mantenido nuestra comunicación, nuestra confianza y nuestra complicidad. Siempre hemos sido más que madrina y ahijada, hemos sido amigas.
En resumen, quiero que sepas que eres una persona increíble y que te amo con todo mi corazón. Estoy muy orgullosa de tus logros y estoy segura de que seguirás alcanzando grandes cosas en el futuro. Recuerda siempre que puedes contar conmigo para apoyarte en todo lo que necesites.
Mi hijita del corazón, me quedan más letras para ti, para que las guardes y así, cuando un día tu mandrinita no pueda estar contigo, te sirvan para vivir mejor. Guarda mis consejos en tu corazón y en aquel cajón donde escondes tus secretos; pero claro, yo no sé de ese lugar… sólo lo imagino.
Abraza siempre a Dios, ten fe, siempre hay una salida tras un oscuro día.
Nunca te olvides que te amo profundamente y eres mi orgullo.
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