miércoles, 16 de diciembre de 2015

Gracias

Gracias, Señor, por la paz, la alegría y por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado, por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me levantó. Gracias, Señor, por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron. Gracias, Señor, por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron. Gracias, Señor, … me cuesta trabajo decírtelo, … por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto y engaño, la injusticia y soledad por el fallecimiento del ser querido. Tú lo sabes, Señor cuán difícil es fue aceptarlo; quizá estuve a punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta de que todo esto me acerco más a Ti. ¡Tú sabes lo que hiciste! Gracias, Señor, sobre todo por la fe que me has dado en Tí y en los hombres; por esa fe que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, me hizo caminar en el sendero de la verdad, a pesar de la oscuridad. Gracias, Señor, por el perdón que tantas veces debería haberte pedido, pero que por negligencia y orgullo he callado. Gracias, Señor, por perdonar mis omisiones, descuidos y olvidos, mi orgullo y vanidad, mi necesidad y caprichos, mi silencio y mi excesiva locuacidad. Gracias, Señor, por dispensar los prejuicios a mis hermanos, mi falta de alegría y entusiasmo, mi falta de fe y confianza en Ti, mi cobardía y mi temor en mi compromiso. Gracias, Señor, porque me han perdonado y yo no he sabido perdonar con la misma generosidad. Gracias, Señor, por indultar mi hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido, pero que sé en el fondo no es más que engaño a mí mismo. Gracias, Señor, por disculpar esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé y esas manos que no tendí y esa mirada que desvié, esos oídos que no presté, esa verdad que omití y ese corazón que no amé. Gracias, Señor, por esa protección con que siempre me has preferido y te suplico muy encarecidamente por tu amor, disculpes mi silencio y cobardía. Gracias, Señor, por todos lo que no te dan gracias, por los que no imploran de tu ayuda y por los que no te piden perdón, no abandones las obras de tus manos, y que llenes mi vida de esperanza y generosidad. Sr. Hágase tu voluntad y no la mía.

Un Angel en mi vida

Después de mucho tiempo vuelvo a escribir o postear aqui en este blog un poco olvidado por la rutina del trabajo, terapias, visitas a doctores.  Hoy me doy un tiempo para escribir, este año ha sido un poco complicado al principio tuve que darle batalla a el pesimismo, negatividad, alejamiento de persona que consideré amigos y al final solo buscaron su beneficio, cuando pensaba en darme por vencida por problemas que me aquejaba, recordé las palabras de alguien que en mi niñez significó mucho para mi a la cual le debo en parte ser como soy jiji  aunque algunas personas digan que soy demasiada confiada todavia creo en la bondad de la gente, recordé sus palabras "No estás sola hay mucha gente que te quiere ver feliz, cuando sientas que no puedes más recurre a tu madre del cielo la Virgen María"  Me aferre a mi devoción mariana y le pedí que intercediera por mi con Dios, le pedí a Dios una señal para hacer lo correcto si debía o no operarme con tantas piedras en el camino y no tardo en darme la más hermosa y grata señal volver a ver  a mi consejera, a mi confidente, a la que sabe todo de mi y con la que puedo llorar sin miedo,  volverla abrazar sentir su ternura la ternura de una madre pues aunque tengo el cariño de mi hermana de mi padre extraño el abrazo materno,  como es tenemos muchas cosas en común el amor a nuestra virgen María Auxiliadora, el arte, las manualidad hay como la extraño, pero gracias al internet estamos conectada y se que usted está bien me alegra, mis oraciones y gratitud eternas para usted y su congregación, aunque por hay me critiquen yo siempre estaré dispuesta a ayudarlas sin esperar nada a cambio, como tambien lo hago con  las pocas amigas que tengo aunque a veces no sea recíproco, siempre estaré dispuesta a escuchar en silencio a quien me necesite. que Dios bendiga al que esté leyendo este escrito y que pasen un lindo día.

Cuando se aleja tu mejor amiga

Comienzan las discusiones, ya que, como entenderás toda relación es así, esos altibajos, cambios son normales en todas las personas. Pero, ¿Qué pasa cuando esas diferencias se hacen más grandes? Lo más probable es que acabe con su amistad y la distancia te hace evocar esos momentos de felicidad a su lado. Entonces, la nostalgia llega a ti y piensas ¿Qué nos pasó?
Lo que pasó fue la vida, pero las verdaderas amistades perduran con el tiempo, y te dejan enseñanzas que te harán entender más sobre las relaciones humanas.
Nadie puede elegir todas sus batallas: No sabemos con qué cosas nos encontraremos en el camino, por más fieles que prediquemos que vamos a ser. Hay cosas que se nos presentarán y pueden ser un poco más complicadas de ceder que otras, y aunque te enfrentes a alguien que adoras, está bien defender tu posición si es algo de principios. Lo difícil es saber si después de estas luchas, seguiremos junto a aquellas personas o no. A veces, es un riesgo que tenemos que tomar.
La gente cambia y eso no se puede evitar: Es inevitable que tanto tú como otros cambien. Es parte de nuestra vida, de nuestro rol como seres humanos. No podemos evitar que queramos cambiar de manera natural, o los otros, para que las cosas se mantengan siempre como te gustan. La comodidad nunca es eterna, la vida quiere desordenarnos constantemente. Y creo que hay que aceptar cada cosa en su momento.
Nunca des por sentado a quien amas: Por más confianza y seguridad que tengas con alguien que aprecias, nunca deberías dejar de comunicarte, saber si necesitan tu ayuda, y no te excuses con “darles espacio” si realmente es una manera de decir que no quieres más. No pases a llevar a una pareja, ni a un amigo, pues siempre es bueno agradecerles y que sepan lo importante que son. Al dejar pasar esto, muchas veces se desarman grandes amistades.
Más empatía y menos egoísmo: Muchas veces terminamos bellas relaciones solo por orgullo de no querer dar el brazo a torcer, no mostrar nuestra preocupación, no hablar de lo vulnerables que somos. Y eso está mal. Sí, nos expone a humillaciones y a penas y muchas más cosas. Pero creo que vale mil veces más arriesgarse y dar el paso, que quedar con las palabras en borrador y dejar que las cosas pasen. En toda relación tenemos que dar un poco de nosotros, sin esperar nada a cambio.

la compañia

Hoy estaba muy ilusionada planeando un día especial, con ganas de compartir momentos únicos. Pero como suele pasar, me di cuenta de que para...